Todo el mundo tiene una idea más o menos aproximada de lo que es una terapia psicológica.
Cierto es que la industria cinematográfica ha contribuido, con más o
menos acierto según los casos, a la formación de una idea de la psicoterapia en la cultura popular. En la actualidad cada vez está más generalizada la posibilidad de consultar a un psicólogo ante algunos problemas de diversa índole. Muchas parejas que se encuentran ante dificultades cotidianas o no tan cotidianas, padres preocupados por sus hijos/as, mujeres y hombres con problemas de ansiedad o estrés, relaciones interpersonales complicadas, tristeza, etc. Todos ellos se han planteado en algún momento si la ayuda de un psicólogo puede ser útil para solucionar sus problemas.
La terapia psicológica
consiste en gran medida en una relación interpersonal de confianza,
cuyo objetivo inicial es que el paciente se sienta cómodo para expresar
sus preocupaciones y las dificultades con las que se encuentra, sin
sentirse juzgado por la persona que le está escuchando. La escucha
activa y la empatía son dos de los principios fundamentales para lograr
que esta relación se desarrolle adecuadamente. Tanto paciente como psicólogo
tienen que lograr dejar de lado durante el proceso de terapia las ideas
preconcebidas que tengan sobre otras personas para facilitar este
proceso. En no pocas ocasiones la terapia psicológica
puede no funcionar debido a la aparición de juicios y a la dificultad de
eliminación de los mismos, al menos durante el tiempo en sesión; es por
ello que no cualquier psicólogo es válido para cualquier paciente.
Por otro lado, es necesario mencionar que existen diferentes orientaciones de trabajo en psicoterapia. A diferencia de lo que sucede en otras ramas de las ciencias de la salud, no existe una única manera de hacer terapia psicológica.
Por resumir de forma muy breve y dar algunas pinceladas acerca de las
ideas básicas en las que se fundamentan, podemos decir que existen tres
corrientes principales, con grandes variedades dentro de cada una de
ellas. La tradición psicoanalítica, quizá la más conocida en la cultura
popular, consiste en analizar la parte inconsciente de la mente, ya que
entiende que existen contenidos mentales que pueden estar bloqueados en
ella y su desbloqueo facilitará la desaparición de los síntomas. La
corriente humanista-existencial busca el desarrollo pleno del potencial
de la persona empleando técnicas variadas en formato grupal e
individual. Por último, la psicología conductista se centra en el
análisis de la conducta objetiva de la persona para modificar los
patrones desadaptativos de esta. Como desarrollo más reciente de esta
última, se encuentra la psicología cognitivo-conductual, que analiza
también el pensamiento humano y sus vertientes patológicas para
modificarlos en un sentido más adaptativo.
La tendencia actual en terapia psicológica es hacia el eclecticismo tanto en las explicaciones teóricas de la mente y la conducta humana como en la práctica en psicología clínica y en las técnicas de psicoterapia. Las aportaciones de cada una de las corrientes de psicoterapia son innegables en diferentes áreas de psicopatología y a nivel terapéutico.
Los aspectos que aparecen de forma común a todos los tipos de terapia psicológica
son la relación interpersonal como base de la misma y el empleo de
técnicas para la mejoría del paciente. Sobre la relación interpersonal
ya se ha hablado anteriormente y acerca de las técnicas es necesario
mencionar que según los casos o el momento terapéutico se emplean con
diferentes objetivos, por ejemplo, para lograr que el paciente tome
conciencia de algo, reestructure sus pensamientos, reinterprete
situaciones, alcance un nivel de comprensión diferente de la realidad,
reformule su realidad, cambie sus conductas, afronte situaciones,
aprenda estrategias más adaptativas ante sus dificultades, acepte las
mismas sin negarlas, maneje sus síntomas, regule sus emociones, etc.
Si bien es cierto que muchas de las técnicas pueden llevar al mismo
objetivo común por caminos diferentes, la tendencia actual en terapia psicológica evoluciona hacia la psicología clínica y psicoterapia basada en la evidencia científica. Esto significa que la aplicación de la terapia psicológica
debe basarse en el empleo de técnicas de eficacia, efectividad y
eficiencia probada mediante estudios científicos. Es más, las técnicas
deben estar probadas para el problema específico al que se aplican.
A modo de resumen podemos decir que la idea del psicólogo como profesional que se limita a escuchar problemas de sus pacientes queda lejos de la práctica actual en psicología científica. A pesar de existir diferentes grados en cuanto a la directividad de la terapia por parte del psicólogo,
la técnica o técnicas concretas a emplear siempre deben estar basadas
en la evidencia científica actual para el problema que se pretende
tratar.
Por tanto algunas de las labores del psicólogo son,
además de escuchar activamente al paciente a lo largo de todo el proceso
terapéutico, (para valorar sus dificultades en los diferentes momentos
en un proceso de evaluación continua), entrenar técnicas para manejar
síntomas como la ansiedad, planificar actividades para mejorar el estado de ánimo y la motivación, proponer situaciones de afrontamiento para superar dificultades o miedos, entrenar habilidades interpersonales las cuales poner en práctica posteriormente, etc.
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Buena semblanza, hay que desmitificar a los profesionales del tratamiento de los trastornos mentales y romper todos los tabúes que existen con respecto a ellos.
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