Qué duda cabe de la necesidad de tener unas relaciones
interpersonales satisfactorias como prerrequisito para una vida plena.
Es más, el apoyo social es la variable con mayor impacto reductor del
estrés en situaciones difíciles.
Desde la psicología y la psicoterapia se han estudiado con frecuencia los diferentes estilos de comunicación
de las personas. Y es que la forma que tenemos de comunicarnos con los
demás influye en gran medida en el atractivo que produzcamos en ellos y
en la probabilidad de que los otros quieran mantener la interacción o
por el contrario, acaben por limitarla.
La mayoría de las personas emplean estilos diferentes de comunicación interpersonal
en función de los interlocutores con los que interactúen, su propio
estado de ánimo, la situación en la que se encuentren, etc. Se trata de
un tipo de aprendizaje implícito que adquirimos por lo general durante
el periodo del desarrollo (infancia y adolescencia), aunque seguimos
modificando con la experiencia y por supuesto es susceptible de cambio
mediante la ayuda de un psicólogo. De hecho, el aprendizaje que se adquiere durante la infancia y adolescencia respecto a los estilos de comunicación
está enormemente influido por el aprendizaje observacional basado en
modelos. De ahí los grandes parecidos entre los familiares y otras
personas con las que se convive en cuanto a estilos de comunicación (sin
restar importancia a la influencia genética). Este hecho nos lleva a
pensar en la posibilidad de cambio de los mismos mediante situaciones
artificiales creadas en la terapia psicológica adaptada a las necesidades de cada persona.
Cuando hablamos de estilos de comunicación en psicología,
hacemos referencia a las diferentes maneras que existen a la hora de
comunicarnos con los demás. Aquí incluimos tanto la conducta verbal, es
decir, las palabras que empleamos; como la conducta no verbal o gestos,
movimientos corporales, tono de voz, etc. De alguna manera podemos
hablar de tres estilos fundamentales, a saber, agresivo, asertivo y
pasivo. Estos tres estilos se sitúan a lo largo de un continuo desde un
extremo de agresividad comunicativa a otro de pasividad, pasando por el
punto intermedio de asertividad.
En psicoterapia se entrena la conducta asertiva, que consiste en la habilidad social
de expresar a los demás nuestros sentimientos, incluyendo nuestro
malestar hacia su conducta cuando sea necesario. Para ello es importante
emplear una comunicación tanto a nivel verbal como no verbal adecuada,
así como hacerlo en el momento apropiado y sin herir los sentimientos de
los demás. Sucede con frecuencia que cuando algo nos molesta de los
otros, optamos bien por no enfrentarnos a ellos omitiendo nuestro
malestar; o bien expresamos de manera agresiva nuestro desacuerdo,
entrando en un estado de ira que nos conduce a la ofensa hacia ellos y a
empeorar nuestras relaciones sociales cuando esta conducta se repite.
Es más, la evitación de enfrentamientos característica del primero de
los casos, el estilo pasivo, conlleva la acumulación de malestar y la
aparición de un sentimiento de injusticia que con el tiempo acaba por
explotar y transformarse en un estilo agresivo.
Para entrenar la conducta asertiva durante un proceso de terapia psicológica,
se evalúa en primer lugar el estilo de comunicación de la persona a
nivel molecular; se analizan las verbalizaciones, tono de voz,
gesticulaciones, etc, que emplea la persona habitualmente en diferentes
situaciones interpersonales, para encontrar las áreas de mayor necesidad
de entrenamiento. En unos casos será necesario aumentar el tono de voz,
mirada a los ojos, verbalizaciones acerca de los propios sentimientos,
etc, para sustituir la conducta pasiva por la asertiva; y en otros casos
habrá que disminuir estos mismos parámetros para modificar una conducta
agresiva e instaurar una asertiva. Todo ello se entrena en primer lugar
en la sesión de terapia psicológica
y posteriormente se pone en práctica en situaciones reales, que se
analizan mediante registros de conducta para valorar logros alcanzados y
continuar el entrenamiento en función de ello.
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